Plotino

 

Plotino uno de los místicos más fervientes de su época, Plotino transformó el platonismo en una cosmovisión religiosa y mística. Fue el más alto exponente del neoplatonismo, y su pensamiento ha influido en la historia de la filosofía hasta nuestros días.

(Licópolis, actual Egipto, 205-Campania, actual Italia, 270) Filósofo latino. Se le considera habitualmente como el fundador del neoplatonismo. Su pensamiento fue recopilado por su discípulo Porfirio en las Enéadas, seis libros divididos en nueve tratados cada uno. Su viaje con el emperador Gordiano le permitió tomar contacto con el pensamiento persa e indio, que difundió a su regreso (h. 244) en la escuela que abrió en Roma y en la cual enseñó a lo largo de veinticinco años.

Aunque Plotino presentaba sus enseñanzas como comentarios a la obra de Platón, su aportación trasciende el ejercicio de lectura y acaba generando un corpus peculiar aunque de clara resonancia platónica. Así, su doctrina responde a la demanda de espiritualidad y universalismo propia de la época a través de una síntesis del racionalismo griego y el pensamiento oriental.

Sin embargo, la materia aún refleja lo Uno, su fuente, y trata de retornar a él, en un movimiento de signo inverso que es igualmente necesario. El hombre, integrado en este movimiento de retorno a lo Uno, debe evitar el autoengaño en que ha caído al entregarse a la pluralidad de los objetos y acciones, y buscar la verdad en sí mismo y en la negación de todo objeto y mediación, incluido el propio yo, por lo que la doctrina de Plotino deriva en una contemplación de índole mística.

 

Sus aportes

Se analizan las características fundamentales de la filosofía de Plotino, en el contexto socio-cultural del epistema helénico, como una respuesta que representó una resistencia filosófica al naciente cristianismo. La doctrina de Plotino, pensador de linaje neoplatónico, es dialéctica y mística, pero no deja de girar en torno a las premisas impersonales del pensar griego, constituyéndose en su más elaborada síntesis, el culmen del retorno al mito pagano-esclavista, justo en vísperas de la desaparición del helenismo como civilización los gigantes del pensamiento occidental de la talla de un Agustín de Hipona y un Hegel.

Plotino defiende un monoteísmo, pero a diferencia del cristianismo, que propone un Dios personal, afirma la absoluta negatividad de Dios, al que llama «lo Uno», y del que no es posible predicar ningún atributo, pues ello conllevaría limitación y por tanto imperfección. Lo Uno es causa de todo lo demás, pero no como resultado de su voluntad, sino como efecto necesario de su absoluta perfección; lo Uno genera por emanación, sin pérdida de la propia sustancia, y lo producido se estructura en sucesivos grados de imperfección (Inteligencia, Alma) hasta llegar al grado más bajo, la materia, pura privación y antítesis absoluta de lo Uno.

 

Cosmovisión

Para Plotino, el mundo sensible es producto de una emanación por etapas desde una trascendencia llamada simplemente Uno, y que sobrepasa al mismísimo Ser. «Todos los entes son entes por lo Uno (…), porque, ¿qué serian si no fueran uno?» La unidad es la premisa del ser. Plotino ve en lo uno particular la fuente del ser de cada una de las cosas, pero, por cuanto estas son todos compuestos de elementos múltiples, se trata solo de un tenue reflejo de lo Uno primordial. Sin embargo, este presente en todo lo que es. No se trata –no nos equivoquemos- de un Dios personal, sino del fruto más refinado del árbol de los Eleatas. El Uno es la primera hipostasis, que se identifica con la idea platónica del Bien.

La segunda hipostasis es la Mente cósmica, el pensamiento que se piensa a si mismo (análogo al Dios de Aristóteles), en el que no hay división entre sujeto y objeto: un pensamiento que mantiene la unidad, pero que es también residencia de las (múltiples) ideas platónicas. La inteligencia es inmóvil, pero representa un descenso respecto a lo Uno.

El otro peldaño es el Alma, que decae de las hipóstasis superiores por un «orgullo» o «atrevimiento», creando el mundo, pero es capaz de retornar al seno paterno a través de la contemplación. Este poder vivencial se parece a la causa primera de los estoicos, al pneuma: es la fuente del movimiento, que, cuando se asoma hacia abajo, se llama Naturaleza.

El contenido fundamental de la filosofía de Plotino lo constituye una poderosa dialéctica de las tres hipóstasis fundamentales y de su encarnación en el Cosmos material sensible; este Cosmos «es animado por un alma en permanente movimiento, diseñado en forma de una finísima construcción mental y entendido como un todo único e indivisible» (Losev).

Plotino construye un universo estático. Todo nivel inferior es eternamente emanado del superior, el cual permanece entero e invariable, pues no pierde nada.

 

 

Deja un comentario